Una gran mayoría de jóvenes universitarios tienen como primer destino el mundo corporativo después de graduarse. A partir de ahí construirán tanto experiencia como relaciones que les permitirán crecer y encontrar rutas que los lleven a otros países, a emprender o a un sinnúmero de alternativas. A pesar de que el mercado laboral pueda estar inmerso en turbulencia, es normal tener una duda como recién egresado: ¿A qué empresa o sectores debería aplicar?
En este sentido la respuesta a la pregunta puede verse desde diferentes perspectivas. Primero debes analizar qué tan integradora o nicho es tu carrera. Por ejemplo, los graduados de carreras como finanzas, negocios internacionales, administración e ingeniería industrial tienen un campo de acción transversal entre varias industrias. Incluso, entre las disciplinas mencionadas hay ramas que por si mismas ofrecen amplias oportunidades. Por ejemplo, un financiero puede buscar una oportunidad en el sector bancario, bursátil o en corporativos. El administrador puede competir exitosamente por áreas comerciales, de gestión de talento o estrategia. Si tu carrera es sumamente específica; su nombre te guiará hacia el sector productivo y la geografía donde tengas mejores oportunidades.
Por otro lado; acabo de leer la perspectiva de Tony Fadell, creador del iPod y del iPhone en su libro Crea, sobre las características de una empresa que sea ideal para buscar trabajo. Fadell resume que debemos buscar empresas que no estén mejorando lo existente, sino que estén iniciando una revolución. Me parece una idea inspiradora y que encierra muchas oportunidades para explicar a los universitarios. No todas las empresas están lanzando nuevos productos cada año, para catalogarlas solo por eso como revolucionarias. Es importante no caer en esa tentación.
Las empresas revolucionarias siempre se están preguntando como hacer mejores procesos, más rápidos, más simples, más amigables al cliente. Las empresas de esta categoría están en una cruzada por resolver un problema y se involucran profundamente con los clientes. Pueden ser promotoras de la co-creación de soluciones y buscarán en todo momento vivir más allá de las convenciones de una industria. Son empresas también ávidas de invertir en su talento para que lideren proyectos, para que accedan a nuevo conocimiento y capacidades. Saben que invertir en los activos intelectuales de la empresa fortalece tanto la cultura como la ventaja competitiva en el mercado.
Creo que con este tipo de características, podemos ampliar nuestro portafolio de objetivos en gran manera. Podemos buscar empresas que tengan una reputación inspiradora y que además sean buenos ciudadanos corporativos. Porque tan importante es el compromiso que le daremos a la empresa para generarle valor por medio de la formación que recibimos al prepararnos, como importante es el aporte que la empresa nos dará en término de experiencia y reputación para nuestra marca personal.
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