Todos necesitamos una brújula que apunte a nuestro verdadero norte.
Tener esa claridad nos ayuda a tomar mejores decisiones para mantenernos en camino hacia nuestros objetivos.
Esa brújula puede tener tanto elementos abstractos como concretos.
Puede ser una idea o una causa que apoyemos.
Pero también pueden ser las personas que nos inspiran para presentarnos cada día y avanzar nuestros proyectos. Si además del ¿Por qué?, tenemos el ¿Por quién? O ¿Para quién?, entonces el dispositivo de orientación estará mejor calibrado.
Cualquier opción u elemento que constituya tu brújula no puede quedarse guardado.
Como todo viajero experimentado, nuestros instrumentos de geolocalización siempre deben viajar con nosotros y ser consultados con frecuencia.
La forma de impulsar esa consulta estratégica es mantener nuestra brújula siempre disponible. Puedo sugerirte portar ese propósito escrito o en imágenes en tu agenda. O podrías pegarlo en tu journal y trasladarlo cada vez que tengas uno nuevo. Y si lo estás viendo a lo largo del día te sentirás energizado para perseverar cuando el rumbo se torne agreste.
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