Sobre la paciencia
- Miguel Angel Cardona
- 6 abr
- 1 Min. de lectura
A más paciencia, estaremos en camino a más sabiduría.
A más paciencia, tendremos un mayor autodominio.
La paciencia es una incomodidad necesaria para ejercer el mejor liderazgo.
La paciencia es nuestra práctica diaria para honrar nuestra capacidad de enfoque y entendimiento de cada situación.
La paciencia es la palanca con la que podemos salir de los mayor conflictos sin importar si es sobre tareas o procesos.
La paciencia es una aliada incomprendida por muchos, y a veces por nosotros también.
A pesar de ser subestimada en muchas ocaciones, nunca debemos dejar de escucharla.
La paciencia que demos a otros no solo hablará de nuestra personalidad.
También construirá la paciencia que recibiremos por haber mostrado temple y empatía con nosotros.
Perder la paciencia con otros, siempre tiene consecuencias hacia nosotros.
Perdemos la salud al dejarnos gobernar por nuestras emociones.
Perdemos reputación al mostrar una imagen que no proyectará confianza para conectar con otros.
Y sin duda, perder la paciencia afecta nuestra marca personal al alejarnos de nuestra mejor versión.
Junto con su gran compañera, la prudencia, la paciencia es una cualidad de la que nunca nos arrepentiremos; pues nos dará la pausa adecuada para ir por mejores caminos.
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