Me resulta inimaginable que una empresa te diga que le llames cuando necesites algo.
La empresa es, y debe ser, la primera interesada en construir más que una conexión, una relación con el cliente.
La empresa debe ser la que quiera posicionarse cada cierto tiempo en la mente del cliente para mantenerse relevante ante sus necesidades.
La empresa jamás debe desperdiciar una oportunidad para tener más información del cliente.
Más información significa un mejor entendimiento, no solo de sus necesidades sino de sus comportamientos, valores y motivaciones.
Y más información potencializa la capacidad de personalización del negocio.
Más información solicitada de manera elegante y con el claro propósito de servir mejor construye confianza y disposición a la comunicación.
Por eso el servicio debe verse más que solo una transacción.
Por eso hoy se habla del recorrido del cliente, en un recordatorio de aquel concepto clave de cuidar cada paso de interacción como un momento de la verdad.
Si tenemos esa consciencia y desarrollamos maestría en cada punto de contacto, tendremos clientes no para una vez, sino para varias temporadas. Y tendremos voces que nos representarán porque les hicimos sentir de forma genuina que queremos un vínculo real y perdurable: Una verdades relación a largo plazo que genere negocio sustentable a ambas partes.
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Imagen de Vic Padilla en Pixabay
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