¿De qué otras formas podemos inspirar a los demás? ¿Cómo podemos mostrar la aspiración que tenemos para que sea el estándar con el que todos se midan? Así como mencionábamos hábitos y conductas que constituyen referencias a seguir, hoy podemos enriquecer esa lista con conductas muy útiles para nuestro trabajo:
Veamos cada encuentro como una oportunidad de transformar vidas. Por lo tanto abordémoslo con nuestra atención plena y mejor actitud para encontrar el valor a agregar.
Exijamos calidad en todo lo que hacemos, primero a nosotros mismos. El poder de los pequeños detalles construye marcas y personas inolvidables. Cuando los demás ven nuestro compromiso con ser minuciosos y cuidadosos, ellos también verán la importancia de trabajar con ese poder de observación.
Cuidemos nuestro lenguaje en todas nuestras conversaciones y canales de comunicación. Las palabras y adjetivos que utilicemos hacia los demás, serán los que estaremos tolerando que utilicen con sus equipos para bien o no de nuestra cultura.
Acordemos con precisión los seguimientos. Siempre preguntemos cuál es el siguiente paso después de una reunión y tengamos claro tanto el responsable como la fecha de realización. Así mantendremos los proyectos más importantes al centro de nuestra atención para asegurar su cumplimiento oportuno.
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