Así como hay que trabajar diariamente en nuestro cuerpo para mantener su vitalidad y fuerza; de igual forma hay que trabajar nuestro liderazgo. Charlando con alumnos de universidad y observando también a grandes líderes de diferentes empresas he aprendido que el mejor liderazgo se construye con los siguientes conceptos:
Conocimientos: Siempre un líder debe mantenerse alerta de la situación de su entorno y agregando nuevas herramientas que le permitan llegar a mejores soluciones. Un líder que no se actualiza en su disciplina y en otros campos, es un líder que no podrá competir y mucho menos inspirar a sus compañeros a ser una mejor versión de cada uno. El conocimiento nos permite responder a ¿Qué hacer?
Capacidades: Este elemento nos permite responder al ¿Cómo hacerlo? Cómo líderes necesitamos estar en la práctica; preguntando y perfeccionando. Y no solamente hablo de una tarea técnica u operacional. Capacidades clave como la negociación con otras personas, la comunicación efectiva y el trabajo en equipo deben ser áreas en las que podamos destacarnos de manera natural y frecuente.
Carácter: Si queremos saber ¿Por qué hacerlo? Necesitamos desarrollar este elemento que se formará por nuestros valores, nuestra experiencia que nos da criterio y nuestra ética que nos mantiene apegados a los principios de nuestra organización. Nuestro carácter es un pilar clave para nuestra credibilidad.
Estos tres elementos en conjunto nos permitirán actuar con claridad para dar confianza a nuestro equipo. Nos permitirán actuar con coherencia a nuestra personalidad y a nuestra misión como encargados de un equipo. Y no menos importante; la combinación de estos tres elementos hablarán del compromiso que tenemos por cada día no solamente lograr un resultado sino hacerlo dentro de un marco de respeto y relaciones positivas que abonen a nuestra marca personal.
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