El presidente Abraham Lincoln nos puede dar una lección interesante
De acuerdo con Donald Phillips en su extraordinario libro Lincoln on Leadership, el presidente tuvo que pasar por 13 generales al mando de sus tropas hasta encontrar al ideal. Este reto fue sin duda uno de los más críticos de su gestión ya que su país estaba en medio de una guerra civil. Lincoln empezó su gestión con el liderazgo del general Winfield Scott que entre 1846 y 1848 había liderado la intervención militar de Estados Unidos en México.
Pero casi 20 años después, los conceptos del general no empataban con la urgencia que tenía Lincoln. Sin embargo, el presidente tuvo el atino de incorporar aprendizajes del general Scott como dominar la posición del rio Mississippi y asegurar el bloqueo de ciudades portuarias en el sur. Lincoln cedió el liderazgo de las fuerzas armadas al general George McClellan tras el retiro de Scott. Sin embargo, Lincoln era un presidente activo e involucrado que se impacientaba de manera creciente con un general que no peleaba.
Eventualmente el presidente tendría que dividir el liderazgo del ejército para asegurar más acción y probar a otros generales. Hubo un momento en el que Lincoln, que incluso ya había diseñado la política del ministerio de guerra para reorganizar las fuerzas armadas, tuvo que ordenar acciones militares por si mismo. Phillips cuenta que el presidente ordenó el asalto a la ciudad de Norfolk que sería exitoso y enviaría un mensaje muy importante a sus tropas.
Así siguió el presidente hasta encontrar al general Ulysses S. Grant, que de líder regional llegaría a ser su comandante en jefe. Con Grant, el presidente Lincoln logró las victorias definitivas para preservar a la unión. Sin esa persistencia, muy seguramente la historia de Estados Unidos de América hoy sería muy distinta.
Creo que detrás de este recuerdo, hay que observar el sentido de propósito y perseverancia de Lincoln. No se dejó desanimar en su compromiso por ganar la guerra y unificar el país. Cuando eso significó tomar acciones él mismo, lo hizo sin dudar. Y nunca perdió de vista que entre sus generales debía existir alguno que tuviera el perfil y enfoque que necesitaba. Por eso no debemos desistir en encontrar al talento ideal para cada misión. El aprender de cada liderazgo y seguir enriqueciendo el rol nos llevará a mejores estándares. Y estas acciones en conjunto nos permitirán tener mejores líderes y equipos.
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Imagen de Monica Volpin en Pixabay
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