Hay momentos en la carrera como formador que te llenan de orgullo. Te recuerdan las razones por las que a pesar de los retos siempre vale la pena el transformar vidas. Tener estos momentos inolvidables presentes es algo que vale la pena para mantenernos siempre en marcha, siempre fieles a la misión de impactar positivamente en beneficio de cada joven y de nuestro país.
Hoy recuerdo los siguientes motivos que me dejan pensar que voy en el camino correcto y me renuevan para seguir en él:
El recibir el comentario de un alumno sobre como tu clase le hizo enamorarse de su carrera.
El recibir los comentarios de la familia sobre el valor que su hijo o hija recibió en sus clases y como esto les está abriendo un gran panorama laboral.
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Foto de Jake Ingle en Unsplash
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