La semana pasada compartía con Eric, uno de nuestros colegas, una llamada y me recordó un encuentro que tuvimos ambos explorando nuevos libros para nuestras respectivas bibliotecas. Me encantó que dijo que ambos somos informívoros. De inmediato la palabra me hizo reflexionar sobre como los líderes tienen un hambre constante por estar actualizados. El líder sabe que conocer su entorno y entender los fenómenos que se están dando es clave para asegurar la viabilidad de un negocio. Un líder invariablemente querrá más y mejor información para ampliar sus perspectivas; sabiendo que eso potencialmente le llevará a mejores decisiones.
Un líder informado es un líder que puede generar conocimiento a su equipo y despertar en ellos ideas para innovar. Este apetito por una mejor visión de la realidad como toda dieta que genere impacto positivo debe también cuidar las fuentes de donde proviene la información. ¿Cuáles deberían ser esas fuentes que nos agreguen más valor en el mundo de datos e información disponible?
En mi opinión nuestro régimen de información debe incluir:
Fuentes sobre tu industria local e internacional que contribuyan a tu maestría en tu posición actual. Así también podrás entender megatendencias y sus implicaciones en cuánto a oportunidades y amenazas.
Fuentes para tus habilidades relacionales que te permitan construir un liderazgo de más impacto en tu equipo, en tu familia y en tu comunidad.
Fuentes para reflexionar y evolucionar en tu carácter y valores. Aquí vale la pena estudiar principios de filosofía como el estoicismo que te hacen más resiliente y dueño de ti mismo.
Empecemos con estas ideas a alimentar estratégicamente nuestra mente y nuestra alma con conceptos que nos hagan crecer y sobre todo ser una mejor versión de nosotros mismos.
Foto de ThisisEngineering RAEng en Unsplash
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