El educador y orador estadounidense Booker T. Washington nos dejó una idea memorable:
"El éxito se mide no tanto por las posiciones que se han alcanzado en la vida, sino por los obstáculos que se han superado mientras se avanza hacia el logro"
Es un recordatorio muy importante para cuando la duda nos asalte.
Sin importar nuestro momento profesional o personal, siempre podemos ver el camino que hemos construido. Encontraremos sin duda ascensos y descensos. Encontraremos momentos de prueba especialmente duros ante pérdidas personales o laborales.
Pero si observamos con cuidado, es muy probable que veamos que nuestra trayectoria en el largo plazo ha sido de ascenso. Los logros académicos, familiares, deportivos o en el trabajo hablan no solo de nuestra capacidad técnica o de nuestros valores. Hablan de la voluntad que tenemos cada uno para superar pruebas y alcanzar nuevos límites.
Volviendo a Séneca, otra de sus citas es muy pertinente en este tema: "A veces, incluso el acto de vivir es una muestra de valor". Todos enfrentamos nuestros propios demonios y montañas. Algunos ascendemos picos más escarpados o bien cruzamos desiertos en sentido literal o metafórico. Todos por el hecho de superar pruebas estamos creciendo. Y esas pruebas conquistadas en el pasado nos deben dar tranquilidad de que podemos lograr más en el futuro.
Para eso sirve voltear hacia el pasado, para recordar nuestra identidad y nuestro potencial ilimitado si ponemos nuestro compromiso en alimentarlo y retarlo cada día.
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