¿Despegas o te quedas?
- Miguel Angel Cardona
- 3 abr
- 1 Min. de lectura
La evolución ocurre al exponerte a cosas nuevas, al probar rutas distintas.
La evolución exige fuerza para romper la inercia que te mantiene confortable y seguro en lo que conoces.
Necesitas la energía y el compromiso que muestra una tripulación al iniciar un vuelo.
Si sabes que tienes las competencias, los recursos y los procesos claros para emprender el vuelo, debes confiar y avanzar.
Si te atreves a despegar enfrentarás vientos en contra y tormentas inesperadas.
Pero también verás la belleza de un cielo ilimitado que te recordará la importancia de vivir siempre nuevas aventuras.
El alimento emocional de esos momentos y de las conexiones que tendrás en tus nuevos destinos compensará con mucho el riesgo y la incomodidad de las turbulencias.
Por eso es valioso volar cada día; salir de lo seguro y conocido a los nuevos retos del trabajo y de la vida.
Cada prueba debe tomarse como una oportunidad para probar nuestra estructura, nuestra pericia.
Cada hora que acumulamos enfrentando y superando pruebas enriquece la bitácora de vuelo de nuestra vida.
Podemos avanzar más confiados encontrando tanto eficiencia como efectividad en el camino.
Por eso, aunque nos genere dudas, siempre será mejor despegar hacia nuevos destinos y nuevos aprendizajes cada jornada. Solo así crecemos de manera significativa.
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Imagen de Marcelo Bragion en Pixabay
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