Ante cualquier reto, normalmente tenemos dos alternativas: Crecer o caer
Ambos caminos son multiplicadores ya sea en positivo o en negativo.
Si elegimos crecer por medio de los retos, veremos aprendizajes todo alrededor nuestro.
Si elegimos crecer conoceremos nuestra tolerancia a la frustración y nuestra capacidad de reinventarnos.
Si elegimos crecer, estimularemos la creatividad de nuestra mente para encontrar mejores caminos ante un problema.
Si elegimos crecer, estaremos preparados para la próxima vez que enfrentemos una situación de naturaleza similar. Además, tendremos la apertura para enseñar a otros y así generar evolución a nuestro alrededor.
Si elegimos caer, nos quedaremos paralizados ante el reto y este multiplicará los problemas que porta consigo.
Si elegimos caer, no solamente desmoralizamos a los que nos rodean. También alimentamos la desconfianza e inseguridad en nuestro corazón aniquilando inevitablemente nuestro potencial.
Si elegimos caer, le negamos a nuestra mente una perspectiva de posibilidades y con ello cerraremos la puerta a la innovación y la resiliencia.
Y todas estas cosas con el tiempo se amplifican negándonos la salida de este estado mental que nos deja abatidos.
La única opción para disfrutar y aprovechar al máximo cada reto es crecer gracias a sus enseñanzas.
Cadena de publicación 710 / 892

Imagen de Arek Socha en Pixabay
Comments