Hoy recuerdo uno de los primeros libros que leí de Ryan Holiday: El ego es el enemigo.
Reflexionaba sobre como el ego puede cegarnos por completo alejándonos de nuestros objetivos y de las relaciones más valiosas que tenemos.
El ego, con tal de sentirse satisfecho ante un agravio puede cerrarse a oportunidades de fortalecer relaciones o crecer ante experiencias difíciles. El ego olvida lo que la filosofía estoica nos sugiere: Solo puedes sentirte agraviado o afectado si decides estarlo.
El ego no entiende que las respuestas y puntos de vista de los demás no deberían condicionar nuestra identidad. La gente puede estar en desacuerdo con nosotros y eso no los hace enemigos o indignos de confianza por no ver las cosas como nosotros.
El ego en su máximo poder podría llevarte al sacrificio de conexiones personales y profesionales solo por poder decir que tenías la razón. Y en ese sentido, Oscar Velasco, un coach de negocios que conocí hace varios años mencionaba que tenemos dos opciones: Podemos tener la razón o ser felices. Bajo esas alternativas, sería preferible ser feliz y conservar redes que nos permitan seguir avanzando en el mundo.
Cadena de publicación 225 / 319
Bình luận