Si queremos lograr más; podemos tener una ecuación muy sencilla que de manera consistente nos mantenga enfocados y motivados. Estos elementos de manera frecuente, aunque no necesariamente en conjunto, son citados por expertos en hábitos y alto desempeño como Brian Tracy, Robin Sharma y Kevin Kruse. Veamos cómo podemos aprovecharlos:
1ra R: Reloj - Podemos trabajar siempre que queramos enfocarnos con un temporizador. El tener una cuenta regresiva de 15, 30 o 45 minutos se puede volver una especie de competencia contra uno mismo. El saber que en ese lapso determinado quieres hacer algo importante te obligará a decirle que no a otras cosas. Te obligará a usar audífonos o cerrar tu puerta para asegurar tu máxima concentración.
2da R: Recompensa - Podemos trabajar con una meta que disfrutemos a la vista o fija en nuestra mente. Si sabemos que nos gusta una taza de humeante café; podemos comprometernos a trabajar 30 minutos enfocados y de ahí disfrutar ese placer personal. Nuestro cerebro estará viendo la proverbial "zanahoria" como algo a lo que quiere llegar pasando ese compromiso de trabajar sin distracciones. Las recompensas pueden ser tan sencillas o sofisticadas como cada uno desee definirlas. El punto clave es dar a nuestra mente este punto de referencia para ayudarla a permanecer con toda su capacidad en la tarea que tenemos entre manos.
3ra R: Renovación - Cuando hemos terminado el trabajo enfocado; vale la pena el recargar energía, actitud y capacidades. Este concepto es el momento después del partido en el que los jugadores reciben un masaje o se relajan en la regadera. Es real que el cuerpo y la mente trabajan mejor en ciclos de picos y valles. Si vamos a exigir máxima concentración, debemos dar un tiempo de recuperación y recarga para el siguiente ciclo. Eso quiere decir que se vale tomar unos minutos para desconectar, para dejar que nuestra mente y nuestro cuerpo se sientan premiados por su esfuerzo. Naturalmente esta R se puede combinar con la anterior.
De esta manera, en una jornada podríamos tener como un gráfico una serie continua de tiempos de alto enfoque y resultados con tiempos necesarios de mantenimiento para asegurar un día de resultados significativos. El punto clave aquí está en elegir la longitud de los ciclos para optimizar nuestro desempeño. Es un ejercicio continuo de calibración que se va puliendo en el tiempo.
Una de las referencias más sencilla en ese sentido puede ser el método Pomodoro. Podemos empezar probando ciclos de 25 minutos de enfoque y 5 de recarga y recompensa. Después de 3 o 4 ciclos de pomodoros podemos tomar un descanso más largo. No todos necesitamos ese marco de tiempo específico. Algunos pueden tener un enfoque más largo de 45 o 60 minutos o tal vez otras personas se sientan mejor con ciclos más cortos.
Aquí lo importante es empezar a probar como funcionamos mejor haciendo uso de estas 3Rs: Reloj, Recompensa, Renovación.
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